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27 de mayo de 2014

Adelanto de "Written in My Own Heart's Blood" (Octavo Libro)

La publicación original en inglés se encuentra en la página de Facebook de Diana Gabaldon.
Traducción: Patricia Ransom.


Dormimos esa noche en la habitación pública de una taberna en Langhorne. Los cuerpos estaban tendidos en mesas y bancos, encorvados bajo las mesas, y tumbados al azar en camastros, con las capas dobladas y las alforjas tan lejos de la chimenea como se podía. El fuego se había extinguido pero todavía irradiaba un calor considerable. La habitación estaba llena del olor amargo de la madera quemándose y del sudor de los cuerpos.
Estimé que la temperatura de la habitación sería de unos noventa y cinco grados Fahrenheit, y los cuerpos tendidos dormidos exhibían gran parte de los mismos desnudos; traseros pálidos, hombros y pechos relucientes al resplandor sombrío de las ascuas.

Jamie había estado viajando en camisa y calzones, su nuevo uniforme y su deslumbrante ropa cuidadosamente doblada en el baúl de viajes hasta que alcanzáramos la zona del ejército, por lo que quedarse desnudo era tan sencillo como desabotonarse la bragueta y quitarse las medias. El mío era más complicado por el hecho de que mi corsé de viaje tenía cintas de cuero y en el trascurso del día se habían empapado de sudor, el nudo se había endurecido y era resistente a todos los intentos.

"¿Vienes a la cama, Sassenach?" Jaime ya estaba tumbado en un remoto rincón que había encontrado detrás de la barra del bar y había extendido nuestras capas

"Me he roto una uña tratando de desaflojar esta maldita cosa, y no puedo alcanzarla con los dientes!" dije a punto de romper a llorar de frustración. Me tambaleaba de cansancio, pero no quería dormirme con el corsé húmedo.
Jamie alzó un brazo en la oscuridad haciéndome señas.
"Túmbate conmigo, Sassenach" susurró "Yo lo haré."
El sencillo alivio de tumbarme después de doce horas en la montura, era tan exquisito que casi cambio de idea sobre lo de dormir con mi corsé, pero el insistió. Se inclinó y bajó su cabeza para acariciar con ella mis lazos con un brazo alrededor de mi espalda para sujetarme.

"Dinna fash" murmuró en mi vientre, con la voz un poco apagada. "Si no puedo desaflojarlo lo intentaré con mi puñal."
Ante mi risa ahogada como respuesta a su propósito, miró hacia arriba con un ruido interrogativo.
"Solo intentaba decidir si ser destripada accidentalmente sería peor que dormir con mi corsé" murmuré, cogiendo su cabeza entre mis manos. Estaba caliente, con el suave pelo de su nuca húmedo al tacto.

"Mi puntería no es tan mala, Sassenach" dijo haciendo una pausa en su tarea durante un instante "Solo había riesgo de apuñalarte en el corazón."
Al final, cumplió su objetivo sin recurrir a las armas, aflojando el nudo con los dientes hasta que pudo terminar el trabajo con los dedos, abriendo las pesadas costuras del corsé como una almeja para exponer la blancura de mi combinación. Suspiré agradecida como un molusco que se abre con la marea alta, tocando las marcas que el corsé había dejado en mi carne. Jamie retiró el corsé pero se quedo donde estaba, con la cara cerca de mis pechos, recorriendo suavemente sus manos por mis costados.
Suspiré de nuevo ante su contacto, lo hacía por costumbre, pero era una costumbre que había echado de menos durante los últimos cuatro meses, y que pensé que nunca volvería a sentir.

2 comentarios:

  1. Que ganas de leer este libro de momentos estoy por terminar Viento y Ceniza pero ahora estoy dosificando mi lecturas porque me da pena terminar la saga y sobre todo porque quiero esperar a que publiquen el octavo libro en español.
    Gracias por el trabajo que hacéis en el blog

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