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29 de mayo de 2015

El episodio final de la primera temporada demuestra que Outlander es la serie más audaz en TV.

Fuente/Original source: Terry Schwartz para zap2it


Outlander cierra su primera temporada el sábado 30 de Mayo, y si ha conseguido algo durante su debut, es que nunca ha rehuído a nada. Una y otra vez la serie de STARZ ha demostrado que su punto más fuerte es su audacia, y la continua confianza de su creador, Ron Moore, en su perpectiva, ha hecho de Outlander una de las series más fuertes e intrépidas en televisión.

No cualquier serie se atreve a ir de cabeza a su final con el sexy, y generalmente a torso desnudo, protagonista principal siendo sexualmente abusado y torturado por su sádico archienemigo. Pero la representación en Outlander de Jamie Fraser -un personaje que muchos de los fans de Diana Gabaldon aseguran es el hombre ficticio perfecto- unido al compromiso total de Sam Heughan en representarlo, hacen que no sólo atrape sintonizarla (aunque sea horroroso de ver), sino que también es una parte integral del ADN de la serie.

El final, "La Redención del Alma de Un Hombre", es mucho más que el punto máximo de la eterna batalla de Jamie y Claire contra Black Jack Randall; es la culminación del pacto de la serie con sus televidentes: Haremos justicia al material. Mientras que Outlander ha contado la historia de una mujer que ha viajado en el tiempo hacia el pasado para quedar rendida ante su alma gemela Highlander, más que nada ha mostrado personajes bien moldeados que reaccionan de manera creíble a una serie de obstáculos increíbles.

Tobías Menzies interpreta terroríficamente a Black Jack, y hace de él el personaje más cautivante de la serie. Caitriona Balfe se asegura que Claire nunca sea una víctima de sus circunstancias, y evita caer en la típica heroína, para darle al personaje principal el mayor efecto de la serie. Y, por supuesto, está Sam Heughan como Jamie, y su habilidad de ser completamente vulnerable como actor le permite elevar aún más su gran actuación, como verá la audiencia en el episodio final.

Y eso sin mencionar la gran cantidad de actores y personajes que entraron y salieron de la primera temporada, Lotte Verbeek como Geillis Duncan, Graham McTavish como Dougal MacKenzie, o Duncan Lacroix como Murtagh Fraser. Pero Outlander triunfa o se hunde debido a sus tres actores principales, y el hecho de haber obtenido roles para personajes con motivaciones que son verdaderas aún en esta situación ficticia, les permite fácilmente afianzar una serie fantástica.

Y esto nunca ha sido tan evidente como en el episodio final de la primera temporada, donde Outlander demuestra que una mirada sin reparos a los grandes horrores de la humanidad puede ser la mejor manera de enfrentarlos.  El hecho que la serie sea transmitida por STARZ permite que se emitan ciertas escenas que harían que el más endurecido de los televidentes se cubra los ojos, pero esas instancias jamás son sensacionalizadas o gratuitas. Y esto se debe en partes iguales a las actuaciones de los tres personajes principales, y a la dirección de Anna Foerster, como así también a Moore, a quién claramente se debe agradecer por mantener la audacia de Outlander, y a STARZ, quienes por lo visto le permiten ser fiel a su visión de la serie. 

Esto ha sido una tendencia de Outlander durante toda la temporada: Honestidad e integridad a su perspectiva. Mientras que la temporada 1 no es perfecta, el hecho que esta serie ponga al aire una escena de sexo con mirada femenina, y pueda también encojerse de hombros ante una madre con el torso desnudo simplemente porque debe quitar leche de sus senos es innovador. Jenny Fraser (Laura Donnelly), la hermana de Jamie,  haciendo una pausa en su misión de rescatar a su hermano, expone su seno de la manera menos vulgar que se pueda imaginar, y se siente como una de los puntos más progresivos que la serie jamás haya hecho. (El canal canadiense Showcase estuvo en la mira debido a haber puesto al aire una versión editada que censuró esta escena).

No importa si Outlander está mostrando buen sexo o desnudos con un propósito, porque sabe que éstas son facetas de la vida. Más importante, los creadores de la serie (y STARZ) saben que Outlander no necesita apoyarse en su erotismo o aprehensividad para ganarse el respeto de la audiencia. Tiene ambas ganadas, pero momentos como la primera vez que Jamie y Claire tienen sexo, y Black Jack Randall abusando de Jamie nunca se sienten como que están allí para lograr aparecer en los periódicos. Estas escenas no tendrían el mismo impacto si la serie tratara de agrandarlas, o tratara de subestimar cuán importantes u horrorosas son. En su lugar, siempre les da espacio para una bocanada de aire, y deja que hablen por ellas mismas, lo cuál es una de las cosas más valientes que una serie de TV puede hacer.

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