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29 de marzo de 2021

#DailyLine (ADELANTO) Libro 9. Lecciones de Entomología

Fuente/Source: Diana Gabaldon

1/2/2021

 

William encontró a Moira, la cocinera, en la huerta cercana a la cocina, extrayendo cebollas de primavera. Ella hablaba con Amaranthus, que evidentemente también estaba cosechando; llevaba una canasta que contenía grandes racimos de uvas y unas cuantas peras del pequeño árbol que crecía cerca de la cocina. Con un ojo puesto en la fruta, caminó hacia las mujeres y les deseó un buen día. Amaranthus lo miró de arriba a abajo, inhaló como tratando de juzgar su estado de intoxicación en base a su olor, y con una sacudida imperceptible de la cabeza le alcanzó una de las peras maduras.

"¿Café?" preguntó esperanzado a Moira.

"Bien, no le diré que no hay", dijo dudosa. "Es lo que ha sobrado de ayer, y lo suficientemente fuerte para quitarte el brillo de los dientes".

"Perfecto", le aseguró, y mordió la pera, cerrando los ojos mientras el delicioso jugo inundaba su boca. Los abrió y se encontró con Amaranthus, de espaldas a él, agachada contemplando algo en el suelo entre los rabanillos. Llevaba puesta una fina bata sobre su camisón, y la tela se estiraba pulcramente sobre su muy redondeado trasero. 

De repente ella se puso de pie, y William inmediatamente dirigió la mirada al punto que Amaranthus había estado observando y dijo "¿Qué es eso?", aunque personalmente él no veía más que tierra y hojas de rabanillos.

"Es un escarabajo pelotero", le dijo mirándolo de cerca. "Son muy buenos para la tierra. Hacen pequeñas bolas de excrementos y se las llevan rodando".

"¿Qué hacen con ellas? Con las... bolas de excremento, quiero decir".

"Las comen" dijo, y se encogió de hombros. "Entierran las bolas para preservarlas, y luego las ingieren cuando lo necesitan, o a veces se reproducen dentro de las más grandes".

"Qué... acogedor. ¿Has tomado ya el desayuno?" preguntó William con una ceja levantada.

"No, aún no está listo".

"Yo tampoco he desayunado", dijo poniéndose de pie. "Aunque tengo menos hambre luego de que me contaras eso". Le dio una mirada a su chaleco. "¿Tengo algún escarabajo pelotero bordado en este ensamblaje tan noble?"

Eso la hizo reír.

"No, no tienes" le dijo. "No es tan colorido".

Amaranthus estaba de repente parada muy cerca suyo, aunque William estaba seguro que no la había visto moverse. Ella tenía ese extraño truco de aparecer de la nada, era desconcertante, e intrigante. 

"Ese verde brillante" le dijo, apuntando un largo y delicado dedo hacia su parte media. "Es un escarabajo de la hoja de Apocynum cannabinum y su nombre es Chrysochus auratus.

"¿De veras?"

"Sí, y esta adorable criatura de nariz alargada es un escarabajo picudo".

"¿Una cochinilla?"

"No. Un escarabajo picudo", dijo, tocando al escarabajo en cuestión. "Son una especie de gorgojo, pero sólo se alimentan de totoras, o de maíz joven".

"Una dieta muy variada".

"A menos que seas un escarabajo pelotero, entonces tienes cierta elección en lo que comes", le dijo sonriendo. Ella tocó a otro de los escarabajos, y William sintió un pequeño pero notable escalofrío en la espalda. "Bien, aquí" dijo ella, con un pequeño pero distintivo golpecito del dedo, "tenemos al escarabajo esmeralda taladrador de fresnos, un escarabajo tigre y el falso escarabajo de la patata".

"¿Qué aspecto tiene el verdadero escarabajo de la patata?"

"Casi igual. Es llamado falso porque mientras que se comería las patatas en un santiamén, en realidad prefiere la ortiga de Bull".

"Ah". Pensó que debía expresar interés en el resto de las pequeñas criaturas que ornamentaban su chaleco, con la esperanza de que ella continuaría tocándolas. Estaba abriendo la boca para preguntar sobre una cosa color crema con cuernos, cuando ella dio un paso atrás, para poder mirarlo a la cara.

"Escuché a mi suegro hablar con Lord John sobre ti" le dijo.

"¿Oh? Espero que hayan pasado un buen momento haciéndolo" dijo, sin importarle demasiado.

"Quiero decir, hablando de falsos escarabajos de las patatas" dijo ella. William cerró los ojos un momento, luego los abrió y la miró. Ella estaba perfectamente sólida, sin vacilar en lo más mínimo. 

"Sé que estoy un tanto ebrio", le dijo de manera cortez. "Pero no creo parecerme a ningún escarabajo de las patatas, a pesar de la opinión de mi tío".


 

Gracias a Yolande Torjman por la hermosa foto de las abejas en las flores de un limonero.



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