La publicación original se encuentra en la página de Facebook de Diana Gabaldon
Traducción: Patricia Ransom
#moby #cartadeamor
¿De qué te estás riendo Madre Claire?" preguntó Marsali, viéndome con la carta en la mano. Sonrió burlona "¿alguien te mandó una carta de amor?"
"Oh, algo por el estilo"" contesté doblándola "No sabrás dónde se encuentra Jamie ahora, ¿verdad?"
Cerró un ojo para pensar, manteniendo el otro fijo en Henri-Christian, quien daba betún laboriosamente a las mejores botas de su padre, embadurnándose él también en el proceso
"Dijo que iba con el joven Ian para ver a un hombre para tratar algo sobre un caballo" dijo "y después a los muelles"
"¿A los muelles?" dije sorprendida "¿Dijo para qué?"
Sacudió la cabeza "Podría adivinarlo. !Ya basta Henri! !Mira como estás! Encuentra a alguna de tus hermanas y pídele que te lave las manos"
Henri se miró las manos y que quedó atónito al verlas completamente negras.
"Oui, maman" dijo alegremente limpiándose las manos en los pantalones y dirigiéndose a la cocina, chillando, "!Felicité! !Ven a lavarme!" a pleno pulmón.
"¿Por qué?" pregunté acercándome y bajando la voz ligeramente, obviamente ella se había quitado de encima a Henri-Christian para que no oyera lo que no debía.
¿De qué te estás riendo Madre Claire?" preguntó Marsali, viéndome con la carta en la mano. Sonrió burlona "¿alguien te mandó una carta de amor?"
"Oh, algo por el estilo"" contesté doblándola "No sabrás dónde se encuentra Jamie ahora, ¿verdad?"
Cerró un ojo para pensar, manteniendo el otro fijo en Henri-Christian, quien daba betún laboriosamente a las mejores botas de su padre, embadurnándose él también en el proceso
"Dijo que iba con el joven Ian para ver a un hombre para tratar algo sobre un caballo" dijo "y después a los muelles"
"¿A los muelles?" dije sorprendida "¿Dijo para qué?"
Sacudió la cabeza "Podría adivinarlo. !Ya basta Henri! !Mira como estás! Encuentra a alguna de tus hermanas y pídele que te lave las manos"
Henri se miró las manos y que quedó atónito al verlas completamente negras.
"Oui, maman" dijo alegremente limpiándose las manos en los pantalones y dirigiéndose a la cocina, chillando, "!Felicité! !Ven a lavarme!" a pleno pulmón.
"¿Por qué?" pregunté acercándome y bajando la voz ligeramente, obviamente ella se había quitado de encima a Henri-Christian para que no oyera lo que no debía.
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