29 de mayo de 2017

#DailyLine (ADELANTO) Prólogo del Pasado. Historia Corta. "Matchup"

Fuente/Source: Diana Gabaldon 
 


#DailyLines #PrólogoPasado #HistoriaCorta #CoEscritoConSteveBerry #MATCHUPAntología#13Junio

Más adelante oigo tenues voces.
Me apresuro, bordeo la carretera, fuera de visión, y pronto llego a otro grupo de prisioneros que están cortando turba. Los bloques como trozos de musgo que han caído en una sustancia negra y aterciopelada, son sacados del suelo con palos con cuchillas angulosas en un extremo. Su presencia me da esperanza. Podía solamente esperar y seguirlos de vuelta al castillo, que era desde donde vinieron ayer. Aunque no es necesariamente un sitio seguro, no quiero arriesgarme a pasar otra noche en los páramos. No hay casacas rojas a la vista. Pero veo un pequeño refugio de lona alejado de los prisioneros, un pequeño humo azul se eleva del fuego interior. Evidentemente los guardias se están resguardando de la humedad.

Me acerco al grupo de trabajo con cautela, sin estar seguro de hablar a uno de los prisioneros o a uno de los soldados. Cualquiera podía ser amigo o enemigo. Según me acerco veo que es el mismo grupo de ayer, y veo la misma cabeza roja y alta de ayer, llevando grilletes, subiendo por una amplia y oscura veta del verde páramo. El Gran Rojo me ve también y se dirige directamente hacia a mí apresuradamente. Un sonido metálico acompaña cada paso.
"¿Cómo es que llevas tartán, a charaid?" me dice el hombre mirándome con los ojos entrecerrados. Su voz es áspera con un ligero tono hueco.

Permanezco firme. "Es Escocia, ¿verdad? ¿no lo llevan todos?"

El hombre me dirijo una corta y divertida risa. "Nadie en los últimos años. Te arriesgas a ser disparado si los soldados de ven con él. O quizás solamente ser arrestado y colgado más tarde, si son demasiado vagos para dispararte"

El Gran Rojo mira hacia el refugio y le imito. Las voces se elevan por una discusión dentro.

"Ven" dije el escocés agarrándome de un brazo, y apresurándome a la fosa. "Métete en el musgo. Y no te muevas."

El escocés se alejó y yo seguí su orden, saltando y presionando mi espalda contra la negra pared de turba que se desmoronaba. Oí hablar en gaélico rápidamente más arriba y murmullos de los otros prisioneros. Risas distantes y la conversación de los guardias que se intensificaba. Luego las voces inglesas disminuyeron y el Gran Rojo cayó en el hoy a mi lado.

"¿Quién eres? No eres escocés, ni alemán ni irlandés, y ese no es un tratan de ningún regimiento Highland."
"Mi nombre es Cotton Malone. ¿Y el suyo?"
"Yo soy Jamie Fraser."


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MATCHUP es una antología de 23 (creo que son 23.....) historias cortas (alrededor de 10k cada una), cada historia está escrita por un grupo de 2 escritores, un hombre y una mujer. El objetivo del libro es recaudar fondos para la "International Thriller Writers medical assistance fund"; la cual da ayuda a escritores enfermos y necesitados. MATCHUP es el tercer libro de este tipo que va a ser publicado.

Esta historia- PAST PROLOGUE- fue escrita por Steve Berry y yo (un gran escritor y un gran tipo), utilizando dos de nuestros principales personajes: Cotton Malone y Jamie Fraser. Yo redacté la historia, Steve la revisó, yo hice más revisiones, y Steve le dio el pulido final.

Hasta ahora el libro ha tenido reseñas destacadas en Kirkiu, Library Journal y Publishers Weekly, lo que significa un gran comienzo.
!Esperamos que disfrutéis la historia, y el resto de esta interesante antología!
Para más información sobre quien más está en el libro......


y para preventa
(Firmaré este libro el 10 de Junio. Olvidé dónde exactamente...pero miraré lo detalles para vosotros)

9 de mayo de 2017

#DailyLine (ADELANTO) Libro 9: Trementina. [SPOILERS]

Fuente/Source: Diana Gabaldon

#DailyLines #VeADileALasAbejasQueHePartido #NiCercaDeTerminarlo #ConcentrenseEnLaTemporada3


El vaho penetrante de olores que William catalogaba como "pinturas" lo alcanzó en la puerta principal.

"¡Lo siento tanto!" dijo la señora Brumby, al ver cómo William arrugaba la nariz. "Nos hemos acostumbrado bastante al olor, debo admitir, aunque de verdad apesta, ¿no es así? ¡Estoy segura que nunca seré capaz de quitar el hedor a trementina de las cortinas!"

"¡Oh, no, señora!" le aseguró William. "Encuentro el aroma sumamente placentero. Es...excitante." Le sonrió, y lo que decía era cierto. Tenía recuerdos de su temprana infancia, de un pintor de retratos que había venido a Helwater a retratar a sus abuelos y a mamá Isobel, recordaba el embrollo de lienzo, madera, telas y los vahos misteriosos que flotaban fuera de la sala. Toda la cuestión le había dado una placentera sensación de magia, cosas extrañas que ocurrían en las cercanías.

La señora Brumby le devolvió la sonrisa. Era joven, tal vez casi la misma edad que William, y orgullosa, pensó él, de tener un retratista para ella. 

"Bien. Por favor, pase, señor," le dijo, dando un paso hacia atrás y haciendo un gesto hacia un pasillo ancho con pisos de madera desnuda, aunque lustrada.

"¡La señora MacKenzie está pintando una maravillosa alfombra para nosotros!" se apuró a decir la señora Brumby, al ver su mirada. "Ella tomó la que estaba sobre el piso para...eh...tomar las medidas, creo que dijo."

"Muy bien," dijo William, sin prestar atención realmente. "¿Usted ha dicho MacKenzie?" El nombre le era incómodamente familiar, pero de momento, no podía pensar por qué debería serlo.

"Sí. Su esposo es un ministro presbiteriano, ¿no le resulta extraño? Uno pensaría que a un ministro no le gustaría que su esposa...bien...de todas maneras, el señor MacKenzie es un hombre encantador."

Los ministros presbiterianos no le traían ningún recuerdo a William, así que sonrió y siguió a la señora Brumby hasta una puerta cerrada en mitad del pasillo, desde el cuál alcanzó a oir silbidos. 

La señora Brumby pestañeó, desconcertada por un momento, y finalmente acomodó los hombros y abrió la puerta, mandando a Willian dentro. 

Una mujer sorprendentemente alta y de cabello rojo giró desde la ventana, sonriendo. La sonrisa se congeló en su rostro, a modo de reflejo de la de William, que le paralizaba el suyo.

"Señora MacKenzie, espero no interrumpirla," dijo la señora Brumby, estirando el cuello para cazar algún vistazo del lienzo en el atril. "El señor es William Ransom. Lord John Grey sugirió que él viniera y..."

Todo lo que la señora Brumby haya podido decir después, se perdió en el clamoroso rugido de sus oídos. Entonces la mujer -señora MacKenzie, la de los profundos ojos azules, señora MacKenzie, la hija del maldito Jamie Fraser, señora MacKenzie, su...hermana- estaba frente a él, extendiendo la mano como si tuviera la intención de tomar la suya para saludarlo.

Y ella le tomó la mano, maldita sea, con la misma energía que cualquier hombre. Recuperó suficiente compostura como para sostener la mano de la muchacha, girarla, y hacer una profunda reverencia. Su mano era áspera, los dedos manchados con azul, verde y blanco. Empecinado en mostrarse seguro, William le besó la mano, recibiendo a cambio una vaharada de trementina que penetró en su cabeza como una brisa de frío viento de invierno.

"Su servidor, señora," dijo, enderezándose y dejando ir la mano que sostenía.

"Lo mismo digo. Señor," añadió, sin reverencia. Tenía aspecto de estar disfrutanto esto, maldita sea.

8 de mayo de 2017

8 de Mayo de 1945: ¿Qué relación tiene con Outlander? ¿Por qué la versión del Reino Unido del libro comienza en 1946?

8 de Mayo de 1945: Las Fuerzas Aliadas aceptan la rendición incondicional de la Alemania nazi. La rendición llegó 8 días después del suicidio de Hitler, y este día marca el fin de las hostilidades en Europa. Pasarían otros 3 meses antes del fin de la Segunda Guerra Mundial.


 
Luego de la Declaración de Potsdam (declaración publicada el 26 de julio de 1945 por el Presidente de los Estados Unidos Harry S. Truman, el Primer Ministro del Reino Unido Winston Churchill y el Presidente de la República de China Chiang Kai-shek, que trataba los términos de la rendición del Imperio del Japón en la Segunda Guerra Mundial, conforme a lo acordado en la Conferencia de Potsdam. La declaración estipulaba que si Japón no se rendía, enfrentaría la "pronta y total destrucción"). El Imperio Japonés declina la rendición bajo esos términos, y Estados Unidos lanza bombas atómicas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de Agosto de 1945 respectivamente. Una inminente invasión al archipiélago japonés, la posibilidad de más bombardeos atómicos y la declaración de guerra de la Unión Soviética a Japón, hacen que el imperio Japonés se rinda, el 15 de Agosto de 1945, dando por terminada la guerra en Asia y cementando así el triunfo de los Aliados.
 
La fecha oficial del final de la Segunda Guerra Mundial es el 1 de Septiembre de 1945.
La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto bélico más destructivo de la historia de la humanidad: entre 50 y 85 millones de personas (incluídas las 11 millones de víctimas del Holocausto) perdieron la vida.

Esta reseña histórica viene a colación de la discrepancia en la fecha en la que comienza Outlander en USA (1945) y en el Reino Unido (1946). Luego de leer la breve reseña citada arriba, caerán en la cuenta de que después de semejante destrucción y el anuncio del fin del conflicto bélico en Europa, es imposible que Claire haya estado vacacionando en segunda luna de miel en Escocia en mayo de 1945. La fecha estimada en la que Claire cruza las piedras en Craigh na Dun es el 2 de mayo de 1945, antes del anuncio del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Diana Gabaldon explica en su página web el por qué de la discrepancia: 

¿Por qué hay una discrepancia entre OUTLANDER y CROSS STITCH (título del primer libro en el Reino Unido) con respecto a la fecha de nacimiento de Geillis Duncan?

La discrepancia en las fechas es un error -un error de copiado y edición causado por las
 diferencias entre la edición británica de los libros (que comienzan en 1946) y los americanos (que comienzan en 1945). La razón es que el libro americano ya estaba impreso cuando vendimos Outlander en el Reino Unido.

La diferencia se produjo después de que Reay Tannahill, una autora escocesa de novela histórica, revisara amablemente CROSS STITCH antes de ser publicado en el Reino Unido, dijo que 1946 habría sido una representación más exacta de las condiciones tal como las describí en Escocia. Así que cambié la fecha, pero la editorial estadounidense no me permitió cambiarlas en OUTLANDER, argumentando que esto implicaría volver a calcular todas las fechas, lo que significaría volver a copiar y editar todo el asunto, y no querían hacer eso.
 

Esta es una fotografía de mis copias de Cross Stitch (izquierda) y Outlander (derecha)

¿Qué significa Cross Stitch?

Diana Gabaldon:  Cross Stitch (NdT, significa también punto cruz) era mi título original (era un juego de palabras con la frase 'un punto en el momento correcto te ahorrará 9 más adelante'), y a los británicos les había gustado. Los americanos me dijeron 'suena demasiado a bordado, no puedes buscar algo con más...aventura?' Y lo hice, Outlander, pensé en llamarlo 'Sassenach' y me dijeron 'Nooo, nadie puede pronunciarlo, y ya que tampoco pueden pronunciar tu apellido...' Y además, cuando lo escribí, tenía en mente que sería un solo libro, y lo poco que sabía era que Claire cruzaría (NdT: cross, en inglés) no una vez, sino dos; del futuro al pasado y del pasado al futuro, lo que formaría una x, que es el punto básico del punto cruz. También tenía que ver con la ocupación de Claire, el ser curandera. Muchos significados, pero como un todo, no creo que haya sido realmente un buen título."

6 de mayo de 2017

Viajera (Libro 3, Voyager): Huesos [SPOILERS]


En «Viajera» capítulo 20: Diagnóstico, Claire conversa con su amigo, el Dr. Joe Abernathy, en la oficina de este. Son interrumpidos por la llegada de Horace Thompson del Departamento de Antropología de Harvard, que trae consigo una caja de restos óseos humanos y ha pedido asistencia a Joe para tratar de determinar el causal de la muerte. Horace comenta que los huesos fueron encontrados en una cueva en el Caribe, y tal vez tengan entre 150-200 años.

—A ver, doctora Randall. —Joe se inclinó y me puso el cráneo en las manos con mucho cuidado—. Dime si esta dama gozaba de buena salud, mientras yo reviso las piernas.
—¿Yo? No soy especialista forense.
Pero bajé automáticamente la vista.
O bien era una muestra antigua o se hallaba muy erosionada. Los huesos estaban muy suaves y tenían un brillo que las muestras frescas no presentaban nunca. Y estaba manchado y descolorido a causa de los pigmentos de la tierra.
—Está bien.
Hice girar muy despacio el cráneo en las manos, observando los huesos, y fui nombrándolos en mi mente según los iba reconociendo. El suave arco del parietal fusionándose con el declive del hueso temporal hasta el pequeño caballete que anunciaba el inicio de la mandíbula. La sobresaliente protuberancia que se fusionaba con el maxilar hasta la elegante curva del hueso cigomático. Aquella mujer había tenido unos bonitos pómulos, altos y pronunciados. La mandíbula superior conservaba la mayor parte de los dientes, derechos y blancos. Unos ojos profundos. El hueso del fondo de las órbitas estaba ennegrecido por las sombras, ni siquiera ladeando el cráneo hacia un lado conseguía que entrara la luz suficiente para iluminar toda la cavidad. No pesaba mucho y los huesos eran frágiles. Acaricié la frente y deslicé la mano por el occipital buscando con los dedos el oscuro agujero de la base, el agujero magno, por donde pasaban todos los mensajes del sistema nervioso que enviaba el atareado cerebro.
Luego me lo apoyé en el vientre, cerré los ojos y experimenté una tristeza fugaz, que se adueñó de la cavidad del cráneo como si fuera agua. Y una vaga sensación de... ¿sorpresa?
—La mataron —dije—. No quería morir.
Al abrir los ojos vi que Horace Thompson me miraba con los suyos muy abiertos en la cara pálida. Le devolví el cráneo con mucha timidez, al tiempo que preguntaba:
—¿Dónde la encontraron?
El señor Thompson intercambió una mirada con Joe; luego se volvió hacia mí con las cejas todavía enarcadas.
—En una cueva del Caribe —dijo—. Estaba rodeada de artefactos. Creemos que puede tener entre ciento cincuenta y doscientos años.


La duda de muchos seguidores es si los huesos pertenecen a Geillis Duncan, y si Claire cae en la cuenta de que son de ella. Hemos encontrado la respuesta en Compuserve, el foro literario que frecuenta Diana Gabaldon hace muchísimos años.

Pregunta1: En Viajera, cuando Claire conversa con Joe y el otro muchacho pregunta a Joe si puede echar un vistazo a los huesos de una persona encontrada en una cueva, ¿estoy en lo correcto en asumir que esa persona es Geillis? Me suena familiar porque el cráneo ha sido casi cortado del resto del cuerpo...¿O estoy leyendo demasiado entre líneas?

Pregunta2: Yo asumí exactamente lo mismo. Aunque la única que lo sabe con exactitud es Diana.

Diana Gabaldon: Sí, por supuesto. Claire se da cuenta de eso de manera explícita, durante el huracán, cuando un rayo deja ver por un micro instante el esqueleto de alguien, creo que el de Duncan.  

Diana Gabaldon (respondiendo la pregunta2): No, tú también lo sabes, si has leído con atención.

Karen Henry (moderadora de la carpeta de Diana Gabaldon en el foro de Compuserve): Guau, juro que jamás me di cuenta. Acabo de revisar Viajera, y allí está, en el capítulo 63: De las profundidades.

De pronto, un rayo cayó junto al barco, relámpago y trueno de la mano, tan cerca que vimos cómo el agua empezaba a hervir tras el vibrante zumbido del trueno. El punzante hedor del ozono impregnó el aire. Innes le dio la espalda a la luz y su alta y delgada figura quedó recortada sobre el resplandor. Por un momento pareció un esqueleto con los huesos negros contra el cielo.
El momentáneo deslumbramiento y el bamboleo dio la impresión de que volvía a estar entero, y sus dos brazos estaban allí, como si su extremidad desaparecida hubiera emergido de un mundo fantasma para unirse de nuevo a su cuerpo a las puertas de la eternidad.
«El cráneo conectado al cuello.» La voz de Joe Abernathy entonó la canción en mi memoria. «Y el cuello conectado a la columna.» De repente me vino la espantosa imagen de las extremidades que había visto esparcidas por la playa junto a los restos del Bruja. Animados por el resplandor en mi cabeza se retorcían para reunificarse.
Esos huesos, esos huesos, van a deambular
Y ahora, ¡escuchad la palabra del Señor!
Se oyó el estallido de otro trueno y grité, pero no fue por el sonido sino por el recuerdo. Me veía con un cráneo entre las manos con los ojos vacíos, ojos que alguna vez habían tenido el verde del cielo huracanado.


NdT: El último trozo de la oración, que está resaltado en negrita, lamentablemente no aparece en la nueva edición de Viajera. Una pena, porque es lo que permite dar cuenta que Claire está hablando de Geillis.

Diana Gabaldon (a Karen Henry): Bueno, así es como "escondes cosas" (asumiendo que uno quiera hacerlo), las pones en una escena donde algo más importante está ocurriendo, para alejar la atención del lector de la cosa que quieres esconder. Y no es que haya querido esconder ese trozo sobre los huesos de Geillis, pero tampoco quería darle con ello en la cabeza al lector.