Premiere de Outlander en New York City #TartanAffair

Finalmente he llegado a casa después de 14 horas de viaje. Me es imposible todavía creer que he tenido la suerte de asistir a un evento de semejante magnitud. Mis gracias eternas a Theresa de Outlander Kitchen por haberme regalado el ticket.

El teatro Ziegfeld está ubicado en el Entertainment District, en Manhattan, el corazón de la ciudad. No puedo describirles lo que sentí al poder estar en lugares como Central Park, Times Square, Madison Square Garden, y el famoso Queensboro Bridge (si alguna vez vieron la serie The King of Queens saben de los que hablo). Todo esto lo recorrí el mismo día que llegué, antes de asistir al evento. Me cansé de caminar y mirar con ojos de niño que mira una juguetería.

Para asistir al evento, debíamos estar en el teatro a las 5PM. Hacía mucho frío y estuvimos fuera esperando un buen rato. Conocí a muchas fans de Outlander allí, lo cual fue algo que no esperaba. Impresionante la cantidad de gente que había.

Mientras esperábamos en la fila para entrar, había hombres en kilt repartiendo petacas Outlander para los fans, cámaras de televisión, y casi antes de entrar, comienzan a desfilar estos mismos hombres con una bandera de Outlander y detrás de ellos aparecen las mismas gaiteras que abrieron la primera premiere de Outlander hace un año.

Inmediatamente después de esto, comenzamos a entrar en la carpa donde nos entregaban las entradas. Antes de entrar a la exhibición de los trajes, había un gran cartel en 3D para poder tomarse fotografías.

La exhibición de los trajes que llevan los actores en la serie es increíble. El vestido de bodas es, simplemente, maravilloso. Terry Dresbach (diseñadora del vestuario de Outlander) publicó una vez en su blog la cantidad de horas de trabajo invertidas en ese traje, y la laboriosa tarea de incrustar las finas láminas de mica para lograr el brillo necesario. Es increíble, cuando lo miras de cerca, puedes ver los pequeños destellos y cómo fueron incrustados en la tela.

Vestuario de Frank y Claire, 1945

Vestuario de Black Jack Randall

Trajes de boda de Jamie y Claire

Vestuario de Dougal MacKenzie

Uno de los vestidos de Geillis Duncan

Vestuarios de Jamie y Claire

Luego ingresamos a la ante-sala del cine donde se proyectaría el EP1x09. Fuimos recibidos con palomitas de maíz y Coca Cola. Y finalmente nos sentamos a esperar la proyección del episodio. Tuve mucha suerte, mi asiento estaba en la 6ta. fila, justo en el medio. 

Antes de la proyección del mismo, ingresaron nuevamente las gaiteras y nos deleitaron con dos canciones bellísimas.

El episodio, The Reckoning (Ajuste de Cuentas) me dejó sin palabras. Muchas de las escenas "controversiales" fueron logradas de una manera respetuosa y delicada. Noté muchos cambios con respecto al libro, pero creo que fueron para bien, y debido a las limitaciones de tratar de comprimir un libro entero en 16 episodios. Sin embargo, las similitudes son muchas más que las diferencias. Los diálogos son tomados casi textuales a los libros, e interpretados por todos los actores de una manera perfecta. Mañana podrán disfrutar del mismo en España y el 10 de Abril en América Latina.

Finalizado el episodio, Alicia Quarles ingresa al escenario y comienza a presentar a los asistentes del panel: Ron Moore, Gary Lewis, Lotte Verbeek, Graham McTavish, Sam Heughan, y Caitriona Balfe. Es algo que no se puede describir, estar tan cerca de ellos. Son todos muy simpáticos y se nota el compañerismo entre ellos. El panel duró más o menos 15 minutos, no hubo preguntas del público, sólo de Alicia a los panelistas. Desde su whisky favorito, a preguntar a Sam Heughan qué se siente ser un sex simbol. El pobre muchacho se puso colorado como un tomate. 

Finalizó el panel, los actores se retiraron, y decidí esperar junto a otras fans afuera, en la puerta del teatro. Al cabo de media hora, comenzaron a salir. Pude tomarme fotografías con Gary Lewis (Colum McKenzie), Graham McTavish y Tobías Menzies. Me fue imposible acceder a Caitriona y Sam, sus guardaespaldas sólo les permitieron tomarse muy pocas fotografías antes de ingresarlos en los automóviles que los esperaban.

Una experiencia ÚNICA e irrepetible. Valió la pena tanto viaje. ¡Estuvieron todas conmigo!