Fuente/Source: Diana Gabaldon
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"Ve y dile a las abejas que he partido."
Contarle a las abejas lo que ocurre es una antigua tradición celta y europea, en el que se cuenta a las abejas sobre los eventos importantes en la vida de su cuidador, como por ejemplo nacimientos, casamientos, partidas y retornos del hogar. Si se obviaba u olvidaba de hacerlo, y las abejas no eran puestas "en duelo", se creía que habría un precio que pagar, como por ejemplo que las abejas dejarían la colmena, dejarían de producir miel, o morirían. La costumbre está ampliamente documentada en Inglaterra, aunque también hay registros en Irlanda, Gales, Alemania, Holanda, Francia, Suiza y los Estados Unidos.
Poema de Whittier sobre las abejas (Home Ballads)
Al igual que el mes anterior,
La casa y los árboles,
El techo marrón del granero, la vid junto a la puerta,
Nada cambió, excepto la colmena de abejas.
Ante ellas, bajo el muro del jardín,
Delante y detrás,
Tristemenente cantaba la pequeña niña de las tareas,
Cubriendo cada colmena con un lienzo negro.
Tembloroso, escuché: El sol de verano
Tenía el frío de la nieve,
Porque sabía que ella estaba contando a las abejas sobre alguien
¡Que ha emprendido el viaje que todos debemos hacer!
Luego me dije a mi mismo: Mi Mary llora
Por los muertos hoy;
Sea que su abuelo viejo y ciego duerme
Las molestias y dolencias de su edad se disipan en el sueño.
Pero su perro se quejó en voz baja, en el umbral de la puerta,
Con su bastón en la barbilla,
El anciano se sentó, y la niña aún
Cantó a las abejas que entraban y salían.
Y la canción que ella cantaba, desde ese día
Resuena en mis oídos:
'Quédense en casa, lindas abejas, ¡no se vuelen de aquí!
Diana Gabaldon, con respecto al título, contestó en su página de Facebook: «Quiero señalar que 'partir' no necesariamente significa 'morir'. Están en medio de una guerra, los hombres deben marchar alejándose de sus hogares, y todo eso...»
"¿Y los presbiterianos tienen mártires?" Preguntó Jamie, dudoso. "Quiero decir, no tienen santos, ¿o sí?"
"¿A qué se debe este interés repentino en la doctrina presbiteriana?" Dijo Roger, haciendo la pregunta con cuidado, de manera ligera. "¿Estás pensando en convertirte?"
Oyó un breve gruñido divertido como respuesta.
"De ninguna manera. Sólo que he estado pensando, últimamente."
"Debes tener cuidado con esas cosas," dijo Roger, inclinándose para quitar un brezo prendido a la rodilla de su pantalón. "Está muy bien cuando es de manera moderada, pero en demasía te causará indigestión, mental y física."
"En eso no te equivocas," dijo Jamie a secas. "Dime una manera de detenerlo que no requiera beber en exceso. Necesito el whisky para venderlo."
Un ulular distante, como si fueran gibones, flotó a través de la creciente oscuridad.
"Bien, mantenerte cerca de los niños ciertamente cumple el cometido," dijo Roger, sonriendo ante el sonido. "Cuando Jem aprendió a hablar, Bree solía decirme que no era capaz de hilar dos pensamientos seguidos a menos que colocara algo en la boca del niño. Es un milagro que el muchacho no haya reventado por exceso de alimentación."
"Así
es," dijo Jamie, su tono aligerándose también. "El parloteo de doncella
de tu pequeño haría que hasta un condenado a muerte deje de pensar en
su propio ahorcamiento."
Esa imagen en particular sobresaltó a Roger, a pesar de que las palabras de Jamie fueron al pasar.
"¿En esa dirección van tu pensamientos recientes, entonces?" preguntó después de una breve pausa.
Luego de un prolongado momento, Jamie respondió, "Sí, algunos de ellos sí."
Ah. Por eso la pregunta sobre los mártires... Se mantuvo en silencio, y alargó sus pasos un poco, logrando alcanzar a Jamie.Siguió sin decir nada, era evidente que su suegro aún tenía más para decir.
"No sé," dijo Jamie finalmente, obviamente cuidando la manera de decirlo, "si sería capaz de morir por una idea. No es que eso no sea algo valiente," agregó de prisa. "Pero ... he preguntado a Brianna si alguno de esos hombres -los que pensaron en las palabras y los conceptos que lo vuelven real- si alguno de ellos participó en la lucha real, cuerpo a cuerpo."
"No creo que lo hayan hecho," contestó Roger dubitativo. "Quiero decir, no lo harán. A menos que cuentes a George Washington, y no creo que él se dedique mucho a hablar."
"El habla a sus tropas, créeme," dijo Jamie, con un tono de humor irónico en la voz. "Pero tal vez no hable con el rey, o con los periódicos."
"No. Pero sin embargo," agregó Roger con imparcialidad, quitando una rama de pino del camino, espesa con el olor acre de la savia que dejó su palma pegajosa, "John Adams, Ben Franklin, Tom Paine, todos los pensadores y oradores, están arriesgando el cuello tanto como tú... como tú y yo."
"Sí." El terreno se elevaba de manera empinada, y no intercambiaron más palabras mientras subían, a tientas por el camino de grava.
"Pienso que tal vez no podría morir -o guiar hombres hacia la propia muerte- solo por la mera noción de libertad. No ahora."
"¿No ahora?" repitió Roger, sorprendido. "¿Antes sí lo hubieras hecho?"
"Sí. Cuando tú y la muchacha y los niños estaban ... allí." Roger notó el breve movimiento de una mano, apuntando en dirección de un futuro distante. "La idea estaría allí para ti. Porque lo que yo hice aquí en ese momento ... importaría, ¿cierto? Para todos ustedes, y podría pelear por todos ustedes." Su voz se tornó suave. "Es para lo que estoy hecho, ¿entiendes?"
"Entiendo," dijo Roger en voz baja. "Pero tú siempre lo has sabido, ¿no es así?"
Jamie emitió un sonido desde el fondo de la garganta, medio sorprendido.
"No sé," dijo Jamie finalmente, obviamente cuidando la manera de decirlo, "si sería capaz de morir por una idea. No es que eso no sea algo valiente," agregó de prisa. "Pero ... he preguntado a Brianna si alguno de esos hombres -los que pensaron en las palabras y los conceptos que lo vuelven real- si alguno de ellos participó en la lucha real, cuerpo a cuerpo."
"No creo que lo hayan hecho," contestó Roger dubitativo. "Quiero decir, no lo harán. A menos que cuentes a George Washington, y no creo que él se dedique mucho a hablar."
"El habla a sus tropas, créeme," dijo Jamie, con un tono de humor irónico en la voz. "Pero tal vez no hable con el rey, o con los periódicos."
"No. Pero sin embargo," agregó Roger con imparcialidad, quitando una rama de pino del camino, espesa con el olor acre de la savia que dejó su palma pegajosa, "John Adams, Ben Franklin, Tom Paine, todos los pensadores y oradores, están arriesgando el cuello tanto como tú... como tú y yo."
"Sí." El terreno se elevaba de manera empinada, y no intercambiaron más palabras mientras subían, a tientas por el camino de grava.
"Pienso que tal vez no podría morir -o guiar hombres hacia la propia muerte- solo por la mera noción de libertad. No ahora."
"¿No ahora?" repitió Roger, sorprendido. "¿Antes sí lo hubieras hecho?"
"Sí. Cuando tú y la muchacha y los niños estaban ... allí." Roger notó el breve movimiento de una mano, apuntando en dirección de un futuro distante. "La idea estaría allí para ti. Porque lo que yo hice aquí en ese momento ... importaría, ¿cierto? Para todos ustedes, y podría pelear por todos ustedes." Su voz se tornó suave. "Es para lo que estoy hecho, ¿entiendes?"
"Entiendo," dijo Roger en voz baja. "Pero tú siempre lo has sabido, ¿no es así?"
Jamie emitió un sonido desde el fondo de la garganta, medio sorprendido.
"No
sé cuándo lo supe," dijo con una sonrisa en su voz. "Quizás en Leoch,
cuando descubrí que podría convencer a los otros muchachos de hacer
travesuras. Y así fue. ¿Quizás debería haber confesado eso?"
Roger lo descartó.
"Importará
a Jem y Mandy, y a todos aquellos de nuestra sangre que vengan después
de ellos," dijo. Siempre y cuando Jem y Mandy sobrevivan para tener
tener sus propios hijos, añadió mentalmente, y sintió una náusea fría en
la boca de su estómago ante la idea.
¿Qué edad tenías la primera vez que viste matar a un hombre?" preguntó Roger de forma abrupta.
"Ocho," contestó Jamie sin dudarlo. "En una lucha durante mi primer robo de ganado. No me preocupó mucho.
Jamie se detuvo de repente, y Roger tuvo que dar un paso al costado para no atropellarlo.
"Mira,"
dijo Jaime, y le obedeció. Estaban de pie en la cima de una pequeña
colina, donde no había árboles; el Cerro y la parte norte de la ladera
se extendía debajo de ellos, un gran trozo negro contra el azul
descolorido del cielo. Las pequeñas luces de las ventanas y las
chispeantes chimeneas de una docena de cabañas salpicaban la negrura.
"No
son solamente nuestras esposas y nuestros hijos, ¿sabes?" dijo Jamie y
señaló hacia las luces. "Son ellos también. Todos ellos." Su voz tenía
una nota extraña; una especie de orgullo, pero también de lamento y
resignación.
Todos ellos.
Como
Roger bien sabía, setenta y tres hogares en total. Había visto el libro
de cuentas que Jamie llevaba, escrito con doloroso cuidado, anotando la
economía y el bienestar de cada familia que ocupaba sus tierras... y su
mente.
"...Ahora
pues dirás a mi siervo David, así dice el Señor de los ejércitos, te
tomé del redil, de seguir a las ovejas, para que fueras el príncipe de
mi pueblo sobre Israel...." la cita le vino a la mente y la dijo en alto
antes de pensarla.
Jamie inspiró de forma audible.
"Sí,"
dijo. "Con ovejas sería más fácil." Luego, de forma repentina, dijo,
"Claire y Brianna dicen que la guerra está llegando al Sur. No puedo
protegerlos, si se acercaran demasiado," Señaló con la cabeza hacia los
distantes destellos, y le quedó claro a Roger que se refería a sus
arrendatarios, a su gente. No esperó una respuesta, se volvió a colocar la
cesta al hombro y comenzó a bajar.
El
camino se estrechaba. Roger y Jamie iban hombro con hombro, y dio un
paso atrás siguiendo a su suegro. La luna tardaba en ponerse esta
noche, y era fina y plateada. Estaba oscuro y el aire era frío.
"Te ayudaré a protegerles," le dijo a la espalda de Jamie con la voz ronca.
"Lo sé," dijo Jamie suavemente. Hubo una breve pausa, como si Jamie esperara que dijera más, y se dio cuenta que debería.
"Con mi cuerpo," dijo Roger suavemente en la noche. "Y con mi alma. Si fuera necesario."
Vio
brevemente la silueta de Jamie, vio como tomaba aire profundamente y
sus hombros se relajaban cuando finalmente lo dejó escapar . Ahora
caminaban de forma vigorosa, la huella estaba oscura, y se salieron de
ella algunas veces, la maleza tocando sus piernas desnudas.
Al final del claro, Jamie se detuvo para dejar que Roger lo alcanzara y le puso una mano en el brazo.
"Las
cosas que pasan en una guerra, las cosas que haces... te marcan," dijo
al final en voz baja. "No creo que por el hecho de ser cura te salves de
ello, es lo que quiero decir, y lo siento."
Te
han marcado a ti. Y lo siento. Pero no dijo nada: solamente tocó la
mano de Jamie apoyada en su brazo ligeramente. Luego Jamie retiró su
mano y volvieron a casa juntos, en silencio.
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otra vez tienen que pelear por algo? 😩
ResponderEliminarSerá el último libro o habrá otro?
ResponderEliminarHasta ahora, Diana Gabaldon dice que serán 10.
EliminarSigue la guerra, Jaime y Claire se fueron de
ResponderEliminarElla pero sigue la pelea por la independencia
Creo que la guerra de la Independencia termina en 1781
EliminarMaravilloso,
ResponderEliminarQue manera mas bella de describir emociones, que hermosa conversacion entre dos " hombres buenos". ESPECTACULAR,!
ResponderEliminarPor escenas como esta, Diana seguirá siendo una de mis escritoras favoritas. No me importa esperar, con tal de tener mucho más de esto. Y Jamie... No hay palabras para describir esa alma maravillosa.
ResponderEliminarYo también quiero leerlo ya!! Me encanta Diana! Y sicreo que con 10,ya habrá ,ya qie si no seria expromir demasiado la história,luego a por otra diferente!!
ResponderEliminarespectacular
ResponderEliminarpara cuando se esperan sus publicaciones?
ResponderEliminarQue bonito, ya estoy deseando leerlo. Gracias por el avance.
ResponderEliminarPorque no intentar sacar a Jaime de esa época tan violenta y traerlo a nuestro siglo.. Darle una vejez en paz disfrutando su familia.. En vez de hacerlo luchar mas allá de sus limites??
ResponderEliminarEs imposible. Jamie no tiene el gen para traspasar las piedras y viajar a través del tiempo, sin embargo Roger, Brianna, Claire y los niños sí. Claire se queda en el siglo XVIII con él por lo mismo, para vivir con su amado, y por eso no vuelve a su época a pesar de todo lo que le ocurre siendo más seguro.
EliminarESTOY CONTIGO ESTA PAREJA SIEMPRE ESTA ENRREDADA EN ALGUN FOLLON, YO TAMBIEN QUIERO QUE TERMINEN DISFRUTANDO DE SU AMOR
EliminarEN PAZ EN EL CERRO DE FRESER
Daría un giro inesperado... Se imaginan a Jamie tomando una ducha caliente??
ResponderEliminarUna historia magnifica... Emociona...hasta las lágrimas...siempre quiero leer mas.. Adelante Sra Gabaldon. Esperamos su 10 con ansia
ResponderEliminarUna historia magnifica... Emociona...hasta las lágrimas...siempre quiero leer mas.. Adelante Sra Gabaldon. Esperamos su 10 con ansia
ResponderEliminarEn serio me emociona estas historia desde el principio hasta ahora , necesito maaaaas !😂
ResponderEliminarAl leer el titulo se me hizo un nudo en la garganta pienso que se refiere a Claire y no a Jamie
ResponderEliminarA q te refieres? Que muera Claire? En el libro 9? No creo
EliminarNunca pensé que esta serie de libros me iba atrapar de esta manera. Diana Gabaldon tiene una genial manera de relatar, de mezclar sucesos históricos, fantasía y emociones. Es una bellísima historia a partir de dos protagonistas que simplemente no puedo dejar de seguirlos.
ResponderEliminarDeje de leer el libro"escrito..." porque lo estaba deborando y aun faltan siglos para que se publique el 9...ni hablar de un 10!
ResponderEliminarPero no encuentro ningina escritora que me atrape tanto como DG!.
ResponderEliminarDespues de unos meses hoy sigo leyendo a Jamie y Claire.Encima pospusieron la 3era temporada de la serie hasta setiembre!! 😭
Estoy en la misma situación de Clau m, he vuelto a leer los libros, esperando la 3º temporada y ansío que llegue el 9º libro, me fascina la forma de escribir de Diana.
ResponderEliminarPara cuando sale el noveno libro??
ResponderEliminarAún no tiene fecha de publicación en inglés. Diana calcula que lo terminará en 2018
EliminarEso seria la publicación en ingles, pasaran meses para leerlo en español, alguien ha llevado el promedio en meses entre ingles y español, no tengo idea.
ResponderEliminarEl 8vo salió en español 8 meses después que la varsión original en ingles. Saludos.
EliminarLlevo leyendo 8 veces los 8 libros. Si no sale pronto el 9 lo voy a poder decir en verso de memoria😀😀
ResponderEliminarA cómo se siga demorando la publicación, vamos a tener suficiente tiempo para aprender inglés y leerlo antes que salga la traducción a castellano.
ResponderEliminarSoy adicta a Diana Gavaldon, cuando se termine la saga con el 10 libro no se que sera de mi vida, siento a Claire como a una amiga muy querida.
ResponderEliminarYa quiero leer el libro 9!!!
ResponderEliminarque ganas del libro 9
ResponderEliminarHe aprendido mucho con estos libros. Me encantan.
ResponderEliminarHe leido los libros hasta el 8vo. Maravillosos! Pero a veces encuentro comportamientos en Claire francamente egoistas. Ya deberia estar mas madura y reflexiva. En el 8vo me molesto lo que hizo con Lord John. Dios si lo hubiese hecho Jamie arderia Troya. "No basta con ser la mujer del Cesar, hay que parecerlo"
ResponderEliminarYo también estoy totalmente enganchada a esta saga.....y los he vuelto a leer todos, una vez más, mientras espero que llegue el 9º, traducido al español. Gracias a Diana Gabaldón y a los que hacéis posible esta página para mantenernos informados.
ResponderEliminarQuiero el libro 9 por favorrrrr cuando ?
ResponderEliminarCreo que Diana nos va a sorprender con algo "grande" algo así como un mensaje de amor que se va a ir transmitiendo a través de su descendencia hasta nuestros días o sea " su historia nunca va a morir " ( suena un poco loco, no? )
ResponderEliminarHay que recordar que Claire vio la tumba de Jamie en Escocia y que ponía "De tu amada esposa Claire. O sea que Jamie morirá antes y Claire llevará el cuerpo a enterrarlo en Escocia
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