Fuente/Source: Diana Gabaldon
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-Oh, sí,- dijo Ian y sonrió, pero con sus ojos fijos en las manos de ella.
-¿Cuánto hace que has disparado un arma, prima?
-No hace mucho,- dijo ella de manera seca. No esperaba recordar cómo hacerlo.- Quizás seis o siete meses.
-Entonces, ¿qué estuviste cazando? -Preguntó Ian, con la cabeza ladeada.
Ella lo miró, tomando la decisión y, empujando la barra cuidadosamente en su lugar, se dio la vuelta para enfrentarlo.
-Una pandilla de hombres que se estaba escondiendo en mi casa, esperando para matarme y llevarse a los niños.- dijo.
Las ligeras cejas de Ian se elevaron.
-¿Los alcanzaste? -Su tono era tan interesado que ella rió, a pesar de los recuerdos. Era como si él le preguntara si había pescado un gran pez.
-No, desafortunadamente. Le disparé a la rueda del camión y a una de las ventanas de mi propia casa. No los alcancé. Pero - agregó, con afectada indiferencia- tampoco ellos me dieron a mí o a los niños.
Ian asintió, aceptando lo que ella decía con una rapidez que la asombró, como si fuese cualquier otro hombre.
-Eso sería por lo que están aquí, ¿no? -Miró alrededor, casi inconscientemente, como revisando el bosque por posibles enemigos, y ella, muy de repente, se preguntaba como sería vivir con Ian, no sabiendo si estabas hablando con un escocés o un Mohawk -y ahora ella sentía verdadera curiosidad sobre Rachel.
-En general, sí -contestó, un tanto seca. Ian entendió el tono de Brianna y la miró bruscamente, pero asintiendo otra vez.
-Entonces, ¿volverás para matarlos? -Esto fue dicho seriamente y fue con esfuerzo que ella apisonó la ira que la quemaba por dentro cuando pensaba en Rob Cameron y sus malditos cómplices. No era miedo o el recuerdo recurrente que ahora hacían que sus manos temblaran; era el recuerdo de la arrolladora intención de matar que la había poseído cuando tocó el gatillo.
-Desearía, -dijo en voz baja. Sacudió una mano, como empujando todo a un lado.- Te lo contaré más tarde; apenas llegamos anoche. -Recordando el largo y duro pasaje a través de la montaña, bostezó de repente, de gran manera.
Ian se rió y ella sacudió la cabeza, parpadeando.
-Recuerdo a Pa diciendo que tienes un bebé. -dijo Brianna, cambiando de tema con firmeza.
La enorme sonrisa volvió.
-Lo tengo, -dijo él, con el rostro luminoso de tanta alegría que hizo que ella también sonriera.- Tengo un pequeño hijo. Todavía no tiene un nombre definitivo, pero lo llamamos Oggy. Por Oglethorpe, -le explicó, viendo como la sonrisa de Brianna se ampliaba al escuchar el nombre. -Estábamos en Savannah cuando comenzó a notarse la barriga de Rachel. ¡No puedo esperar a que lo veas!
-Tampoco yo, -dijo Brianna, aunque la conexión entre Savannah y el nombre Oglethorpe se le escapaba. -Deberíamos...?
El sonido de un ruido lejano la cortó en seco e, instantáneamente, Ian estaba de pie, observando.
-¿Ese fue Pa? -preguntó ella.
-Creo que sí.- Ian le dio la mano a Brianna y la puso de pie, agarrando su arco al mismo tiempo.- ¡Ven!
Ella tomó el arma recién cargada y corrió, despreocupada de la maleza, las piedras, las ramas de los árboles, los arroyos y cualquier otra cosa. Ian se deslizó a través del bosque como una serpiente en rápido movimiento; ella hacía su camino como un toro detrás de él, rompiendo ramas y pasándose la manga por el rostro para aclararse la vista.
En dos oportunidades, Ian se detuvo de forma repentina, agarrando el brazo de Brianna cuando se precipitaba hacia él. Juntos se pararon a escuchar, intentando calmar lo suficiente el martilleo de sus corazones y sus respiraciones, jadeantes, para escuchar cualquier cosa por sobre el susurro del bosque.
La primera vez, después de lo que parecieron minutos agonizantes, escucharon una especie de chillido en el viento, desvaneciéndose en gruñidos.
-¿Cerdo? -preguntó ella, entre bocanadas de aire. Era otoño; había manadas de cerdos salvajes en el bosque, establecidos por los frutos del castaño. Algunos de ellos eran grandes y muy peligrosos.
Ian negó sacudiendo la cabeza.
-Oso, -dijo, y alcanzando la mano de Brianna, tiró de ella para correr.
Oh �� Yo quería saber ya el nombre del hijo de Ian �� Tendré que esperar ❤ Gracias por todo lo que hacen ��
ResponderEliminarSimplemente apasionante
ResponderEliminarYa estoy sufriendo la doble sequia! Se acabo la temporada 2 de la serie y acabe el libro 8 de la saga. Realmente una serie hermosa, ambientacion de primera y personajes fabulosos!! gracias por la gotita de agua... y a esperar no queda otra. Gracias por el blog, nos vemos
ResponderEliminarcomo me gustan las conversaciones de estos dos personajes, la inteligencia de ella y la agudeza de el , se nota que llevan la misma sangre
ResponderEliminarDiana nos quiere mucho por que ningún escritor haría esto de mandarnos estas gotítas de tanto en tanto. Ian hijo es grande, me encanta este personaje y Brianna, digna hija de sus padres. No me hableis de sequía!!.Yo he perdido la cuenta de las veces que termino el libro 8 y vuelvo a empezar el 1, con la serie igual.Pero aguantare ya no queda mucho. Besos a todos.
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