Fuente/Source: Diana Gabaldon
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[Excerpt from GO TELL THE BEES THAT I AM GONE. Copyright 2019 Diana Gabaldon]
Algo después, yacíamos acurrucados, desnudos en la fría noche, felices en la calidez del otro cuerpo. La luna descendía por el Oeste, una luna de plata que hacía brillar las estrellas. La lona crujía y murmuraba sobre nuestras cabezas, el olor de abeto, roble y ciprés nos rodeaba, y una luciérnaga repentina y distraída se apoyó sobre mi almohada durante un momento ofreciéndome una fría luz verde.
“_Oidche mhath, a charaidh_,” dijo Jamie. Agitó sus antenas y se marchó dando vueltas hacia el distante parpadeo de sus compañeros sobre el suelo.
"Ojalá pudiéramos mantener nuestra habitación así", dije con nostalgia viendo desaparecer su luz trasera en la oscuridad. "Es tan agradable ser parte de la noche".
"No tanto cuando llueve". Jamie señaló con la barbilla nuestro techo de lona. "Aunque no importa, tendré un tejado sólido antes de que nieve".
"Supongo que tienes razón", dije y reí. "¿Recuerdas nuestra primera cabaña, cuando llovía y el techo goteaba? Te empeñaste en subir y arreglarlo, en plena lluvia torrencial y completamente desnudo".
"¿Y de quién es la culpa?" preguntó sin rencor . "No me dejaste subir con mi camisa ¿qué opción tenía?"
"Eres único", me giré y le besé. "Sabes a pastel de manzana. ¿Queda algo?"
"No. Bajaré y te traeré un bocado".
Lo detuve con una mano en su brazo.
"No. Realmente no tengo hambre. Preferiría quedarme así. ¿Mm?"
"Mmphm".
Rodó hacia mi, se deslizó por la cama y se elevó entre mis muslos.
"¿Qué haces?" exigí mientras se acomodaba en esa posición.
"Pienso que es obvio, sassenach".
"¡Pero acabas de comer pastel de manzana!"
"No era tan saciante".
"No... quise... decir... eso..." Sus pulgares acariciaban la parte superior de mis muslos y su cálido aliento erizada el pelo de mi cuerpo de una manera muy inquietante.
"Si te inquietan las migas, Sassenach, no te preocupes- las recogeré cuando haya terminado. ¿no dijiste que los babuinos lo hacían? ¿o eran sus pulgas?"
"Yo no tengo pulgas", fue lo único ingenioso que se me ocurrió como respuesta, pero él se rió, se acomodó los hombros, y se puso a su trabajo.
"Me gusta cuando gritas, Sassenach", murmuró un poco más tarde, parando para respirar.
"¡Hay niños abajo"! Siseé con los dedos enterrados en su pelo.
"Bueno, entonces trata de sonar como un puma......"
FIN DE LA SECCIÓN
FIN DE LA SECCIÓN
(Gracias a Joliba Honzaki por esta foto de esta adorable abeja)
jajaja trata de sonar como un puma que buen consejo!
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