Fuente/Source: frontierpartisans.com
COMPAÑEROS DE FRONTERA
Este artículo, del Blog Compañeros de Frontera, le gustó mucho a Diana Gabaldon, y tiene además el valor añadido de proporcionarnos una mirada masculina sobre un tema de mucha actualidad.
"El hombre honesto, aunque sea pobre, es el rey de los hombres"
(Robert Burns, poeta escocés).
Es un momento extraño para los hombres...y para las mujeres que les aman.
A veces, el feminismo moderno se pasa de frenada en sus loables esfuerzos por conseguir el respeto y la igualdad de oportunidades para las mujeres y termina intentando desmantelar "el patriarcado" y "redefinir" la masculinidad. Las cualidades masculinas tradicionales se convierten así en patologías "tóxicas" que hay que controlar y, aún mejor, eliminar.
Y en la la otra cara de este fenómeno, en internet y en algunos hogares, se ha incubado una subcultura extraña y más bien patética de defensores de los "derechos de los hombres" que se escandalizan por la victimización que sufren a manos de malas mujeres y al mismo tiempo se obsesionan con su estatus de "macho alfa". Sí, ya sé lo que estáis pensando: ¡Jesús, Roosevelt y Cristo!.
Es un momento extraño, de verdad que sí.
Pero comunico a mis Compañeros de Frontera que la situación es mucho menos grave de lo que pueda parecer. Al menos podemos consolarnos por el hecho de que hay otras fuerzas que compensan la situación. Como prueba, os ofrezco el ejemplo de un tal James Alexander Malcolm MacKenzie Fraser.
Jamie Fraser lleva haciendo palpitar corazones y temblar rodillas desde que salió del brezo literario en 1991 en Outlander, esa novela de Diana Gabaldon imposible de clasificar, medio novela histórica, romántica y de fantasía. El fenómeno no ha hecho sino crecer con la serie homónima de TV de Starz con el mismo título.
Y esto, mis queridos Compañeros de Frontera, es ALGO MUY BUENO.
Jamie Fraser es, desde el comienzo de la historia, el heredero de una de las más importantes culturas de frontera: un highlander escocés. Como demuestra Colin C. Calloway en su obra maestra Blancos, indios y highlanders: tribus y encuentros coloniales en Escocia y América, a los Highlanders del siglo XVIII sus patronos ingleses les miraban de manera similar que a los indios, y es verdad que compartían muchas afinidades culturales. Tras su derrota en Culloden en 1746 y la subsiguiente diáspora (eje de las novelas y la serie Outlander), los Highlanders se convirtieron en actores principales del comercio de pieles en América del Norte, particularmente en el sureste americano y en Canadá.
Jamie es un guerrero, un forajido, un granjero, y el amante contra todo pronóstico de una refugiada accidental procedente de la Europa de 1945, Claire Elizabeth Beauchamp Randall Fraser. Un personaje que podría ser fácilmente una mera figura de cartón de una novela romántica, pero que en las hábiles manos de Gabaldon se convierte en una persona de carácter rico y polifacético, que es tan real para los lectores y espectadores como lo puede ser una creación literaria. Y las mujeres -ya dos generaciones de ellas- le aman.
Y esto, mis queridos Compañeros de Frontera, es ALGO MUY BUENO.
La relación entre Claire y Jamie Fraser no se basa solo en la protección...es una honda conexión entre dos almas. Y una química sexual escandalosa.
Porque, de hecho, Jamie Fraser es un hombre. Muestra todas las "virtudes tácticas" de la hombría heroica: es físicamente fuerte y capaz; maneja con maestría las herramientas de su oficio de guerrero: mosquete, pistola, puñal y sable; tiene valor, que es puesto a prueba de la manera más terrible; y es un hombre de honor, tanto en el sentido formal que se aplica al sistema de clanes en Escocia como en sus relaciones individuales con hombres y mujeres.
Como hijo de un noble menor, está bien educado y posee gran ingenio y sentido del humor.
Ciertamente, es un dechado de virtudes. Tanto, que el creador de Outlander para la TV, Ronald D. Moore, se refiere a él como "El rey de los hombres". Sin embargo su confianza en sí mismo puede convertirse en arrogancia (y un poco de pomposidad, como cuando se convierte en Laird Broch Tuarach y se pasea como un niño pequeño con las botas de montar de su padre. Claire y su deliciosa hermana Jenny le ponen rápidamente en su sitio). Su ingenio puede derivar en sarcasmo. Su valentía y su gran sentido del honor pueden hacerle caer en un afán de venganza demasiado alocado y arriesgado.
Y a pesar de su fuerza, su coraje y su habilidad, se le puede romper.
Efectivamente, la destrucción de Jamie Fraser en la Prisión de Wentworth a manos de Black Jack Randall es una de las cosas más terribles que he leído o visto en ficción. Sin embargo, al final de todo ello sale de esa pesadilla más fuerte que antes.
Me sorprende que el mero hecho de que tantas mujeres en 2017 consideren que Jamie Fraser es un arquetipo masculino relevante -y a menudo, en múltiples aspectos, deseable- es prueba de que hay ciertos tópicos intemporales que siguen prevaleciendo. La smujeres quieren y necesitan que sus hombres sean fuertes, incluso cuando dicho deseo las haga sentir "malas feministas" (¡Jesús, Roosevelt y Cristo!).
Con el fin de conseguir una idea más precisa de qué cualidades del carácter de James Alexander Malcolm MacKenzie Fraser son las más apreciadas, busqué el consejo de dos de mis compañeras Sassenach más obsesas y las dos mujeres más importantes de mi vida: mi esposa Marilyn y mi hija Ceili.
Independientemente, ambas me dijeron que la cualidad principal de Jamie Fraser es su lealtad y el hecho de que se puede confiar siempre en él.
Por decirlo de manera sencilla, Jamie Fraser es un hombre que da un paso adelante, incluso aunque potencialmente le pueda costar la vida o algo peor. Eso lo es todo. De verdad.
Desde que se ven por primera vez, mucho antes de convertirse en amantes, Jamie ofrece su protección a Claire. Y ella la necesita. No solo ha viajado a través del tiempo para ir a caer en una tierra salvaje de ataques y contraataques, traiciones y conspiraciones, sino que la verdad de su misma existencia puede convertirla en bruja por una cultura supersticiosa que cree en tales cosas.
"Puedes confiar en él, le estés contando la verdad o una mentira", dice Marilyn. "Porque él es un hombre. Va a proteger a su mujer siempre".
"Está a tu lado, con amor incondicional", dice Ceili. "Lo tiene metido en los huesos".
A los 18 años, Ceili es muy consciente de que tener el deseo o la necesidad de confiar en la fuerza y el carácter de un hombre puede ser considerado como un fallo por parte de la mujer (juicio que casi siempre procede de otras mujeres).
"Puede que no queramos admitirlo, que necesitamos a nuestro lado un hombre fuerte", dice. "Porque queremos ser nosotras mismas".
Pero de todas maneras, el deseo está ahí.
"Es bonito", dice.
Puede que sea necesario negociar ese papel, lo cual -y esto es interesante- se trata también en Outlander. Claire es una mujer moderna, capaz e independiente. Quiere ser protegida, no dominada (tampoco castigada. Ya sabéis de qué hablo).
"Los hombres son quienes tienen que convencerte de que apoyarte en ellos no te convierte en débil", dice Ceili. "Nadie más puede decirte que está bien apoyarte en ellos. Sólo ellos pueden hacerlo".
Tanto Marilyn como Ceili dicen que la presión social para comportarse como un hombre y un caballero es importante, y que a menudo escasea en la sociedad moderna. Ceili ha pasado el verano trabajando en un café cuyo propietario es un jefe de bomberos retirado, donde trabajan bomberos para trabajaras unas horas extra y al que acuden como clientes bomberos de toda la zona.
"Todos y cada uno de los bomberos que he conocido es un completo caballero", dice. "Y es porque tienen toda una familia de bomberos a su alrededor".
Por "completo caballero" ella quiere decir un hombre directo, en quien se puede confiar, que está a la altura de las circunstancias, que no es gazmoño ni mojigato. Ceili ha estado expuesta a suficiente humor de bomberos como para estar vacunada contra la noción de que cualquier comentario procaz es una microagresión.
Hablando de humor, procaz o no, tanto Marilyn como Ceili coinciden en que el sentido del humor de Jamie es atractivo, y un elemento clave de seducción en cualquier hombre.
Ninguna consideró que su carácter era "demasiado bueno para ser verdad". De hecho, piensan que sus cualidades son apropiadas como base para cualquiera. Bien pensado.
La voluntad de estar a la altura de las circunstancias TIENE QUE estar apoyada por la capacidad de hacerlo. Jamie Fraser demuestra repetidamente su voluntad de dar su propia vida por Claire, así como por la de los hombres a los que lidera. También está dispuesto a matar por ellos. Eso es importante. Porque como dice Cormac McCarthy en The Crossing, "si las mujeres se sintieran atraídas por los hombres temerarios es porque en el fondo de su corazón sabrían que un hombre que no matara por ellas no les serviría de nada".
O, como dice Marilyn: "Aprende a manejar una jodida arma: cuchillo, pistola o espada. Por favor.
La amo.
Aprende a manejar una jodida arma. Por favor.
Los mensajes de la cultura pop son importantes, no importa si pensamos que deberían serlo o no. Desde hace 26 años un personaje masculino fuerte y capaz creado por una mujer fuerte y capaz que entiende a los hombres y a quien le gustan los hombres, ha demostrado que un hombre que se enfrenta con valentía a lo que le depara la situación es todavía muy valorado en una cultura repleta de autocomplacencia e inutilidad.
Y esto, mis queridos Compañeros de Frontera, es ALGO MUY BUENO.
Jamie Fraser es un tipo como los que nos gusta a nosotros, un Compañero de Frontera de lo mejor que hay. Y para aquellos de nosotros que creen que las mejores virtudes y el espíritu de la frontera siguen siendo válidos, es muy refrescante ver que un personaje como éste se hace un hueco con su sable y su cuchillo en la cultura popular. Vivimos tiempos turbulentos, no muy diferentes de aquélla era del Alzamiento Jacobita de 1745. Las instituciones caen, las tecnologías y las formas de vida cambian drásticamente de un día a otro. Necesitamos hombres de honor valientes, fuertes y capaces y mujeres con agallas, fortaleza y un toque sanador.
Y sería buena idea plantar unas cuantas patatas.