6 de febrero de 2020

Outlander ha arreglado sus problemas y promete una T5 que no hay que perderse

Fuente/Source: DigitalSpy

Contiene SPOILERS de las 4 temporadas anteriores.

Después de cuatro temporadas de naufragios, latigazos, batallas sangrientas, escapadas en el último minuto de los casacas rojas e incluso un par de decapitaciones (adiós al Duque de Sandringham y la bruja Geillis), la T5 de Outlander comienza con algo que no esperábamos: un acontecimiento feliz.

Tras una temporada traumática en la que ella fue violada y él vendido a los Mohawks (¡madre mía! qué mala suerte tienen estos pobres chicos...), la pareja que forman Brianna y Roger se casan en la Carolina del Norte del siglo XVIII en una Reunión en la que los orgullosos padres Jamie y Claire Fraser (los fantásticos Sam Heughan y Caitriona Balfe) invitan a los clanes escoceses para que acudan a celebrar la boda de su hija. 



Tiene todos los preciosos detalles que se esperarían de una serie que siempre ha creado un maravilloso vestuario y unos decorados fantásticos. En el tiempo que ha pasado desde el final de la temporada pasada, Jamie se ha dedicado a construir una casa más grande en el Cerro Fraser, y la veremos con los interiores sin terminar y las paredes incompletas, y veremos por primera vez también la sala de consultas que Jamie le ha construido a Claire. ¿Cuánto os apostáis a que veremos una o dos operaciones sangrientas en esa estancia antes de que acabe la temporada?

Y lo que es más importante, todos los personajes que se han convertido en favoritos de los fans van a tener también protagonismo (e indicios de líneas argumentales prometedoras). No solo Jamie y Claire, Roger y Bree, sino también la decidida hijastra de Jamie, Marsali, y su marido Fergus, el fugitivo Murtagh, la dura tía de Jamie, Yocasta, el atractivo Lord John Grey y el simpático John Quincy Myers. 



Si, están todos (con la excepción del pobre Joven Ian, que está viviendo con los Mohawks como sustituto de Roger, y los productores no nos dicen cuándo volverá, ni siquiera si volverá).

El primer episodio -titulado "La cruz ardiente" por el libro en el que se basa toda la temporada- es el inicio feliz de una temporada que se concentra en las relaciones y en los posibles dramas venideros, y nos recuerda a algunos de los mejores episodios de las temporadas anteriores de Outlander, aquéllos en los que se reivindicaba la cultura e historia escocesas y que se centraban en los personajes más importantes, como por ejemplo "El encuentro" "Rentas" y "Primera esposa".

Esto son buenísimas noticias porque, mientras que la primera temporada de Outlander -con su línea argumental de la mujer fuera de su tiempo, el romance entre Jamie y Claire y la representación de la Escocia del siglo XVIII y esos desagradables casacas rojas- tuvo muchos espectadores, algunos se perdieron cuando la historia cambió dramáticamente en las temporadas subsiguientes. 

La temporada 2 trasladó la historia a la corte francesa, y a veces estuvo enmarañada en cuestiones de política francesa (aunque los vestidos eran espectaculares), y aunque la T3 tuvo momentos importantes -como la reunión de Jamie y Claire tras 20 años separados-, también hubo unos cuantos momentos de "¿pero esto qué es?" que no le gustaron a los fans, incluyendo los dos naufragios y un raro episodio que situaba a Claire como náufraga en una playa y posteriormente acogida por un misionero loco que estaba un poco demasiado unido a sus cabras. 


La última temporada -durante la cual los Fraser se establecen en Carolina del Norte- fue tensa y dramática, y se centraba en unos nativoamericanos desplazados, en los esclavos de las plantaciones y en la violación de Bree a manos del horrendo Stephen Bonnet (una línea argumental que continuará en esta temporada, porque Outlander nunca tiene miedo de mostrar los efectos del trauma, desde el aborto de Claire a la tortura de Jack Randall a Jamie...y ahora es Bree la que esconde su estrés postraumático de su familia). 

Todo esto produjo unas actuaciones soberbias de los cuatro protagonistas, pero a pesar de ser la mejor temporada desde la primera, adolecía de eso que hizo que nos gustara tanto la primera: sentido del humor. 

Por supuesto, no había mucho de lo que reírse entre tanta desgracia, pero recuperar algo de humor en el primer episodio de la nueva temporada (no os perdáis a Jamie afeitando al pobre Roger, quien pronto se va a convertir en su yerno) es bienvenido, y estos momentos relajados pertenecen al universo de Outlander tanto como las luchas con espadas, las tórridas escenas de sexo  y los kilts

Con la guerra acechando (la Guerra de la Independencia Americana), está claro que no todo va a ser divertido, por supuesto, pero con al menos uno de los malos asomando la cabeza, la promesa de aventura cuando Murtagh evita ser apresado, algún miembro de la familia confabulándose (sí, Yocasta está otra vez dando guerra), y Jamie dividido entre su familia y la lealtad a la corona, la T5 de Outlander seguro que va a ser la mejor de todas.

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