Fuente/Source: Diana Gabaldon
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Brianna no podía decidirse si pintar a Angelina Brumby era como intentar cazar una mariposa sin una red, o como esperar toda la noche en un pozo aguardando que alguna especie de bestia salvaje apareciera un segundo en el cual pudieras, con suerte, tomarle una foto.
"Lo que hubiera dado por mi Nikon ahora mismo...." murmuró. Hoy era el primer día del cabello. Angelina había pasado cerca de dos horas en las manos del peluquero más popular de Savannah, de la que había salido bajo la nube de unos rizos y tirabuzones cuidadosamente esculpidos, bien empolvados y decorados con docenas de brillantes pinchados al azar. La construcción completa era tan amplia que daba la impresión de que Angelina llevaba consigo su propia tormenta, completada con brillantes flashes.
La visión hizo sonreír a Brianna; y Angelina, que había estado algo aprensiva, se animó.
"¿Le gusta?" preguntó esperanzada tocando suavemente su cabeza.
"Me gusta" dijo Bree. "Déjeme que...." Como Angelina era incapaz de mirar lo suficiente hacia abajo, estaba apunto de chocar con la pequeña plataforma en la que estaba colocada la silla de modelo.
Una vez sentada, Angelina recuperó su habitual estado hablador y distraído, y siempre en movimiento, agitando las manos, girando la cabeza, entrecerrando los ojos, con constantes preguntas y especulaciones. Pero aunque fuera difícil capturarla en el lienzo, también era encantadora para ser observada, y Bree se debatía constantemente entre la exasperación y la fascinación, intentando captar algo de la alegre mariposa sin tener que clavarle un alfiler en el pecho para hacer que se estuviera quieta durante cinco minutos.
Sin embargo, había tenido un par de días para tratar con Angelina, y había puesto un jarrón con los últimos girasoles sobre la mesa, con instrucciones firmes de que Angelina debía fijar sus ojos allí y contar los pétalos. Más tarde cambió a un reloj de arena de dos minutos y le exigió a su empleadora que no hablara o se moviera hasta que el reloj se hubiera agotado.
Bien, ya tenemos un trocito mas para quitarnos la sed de Saga Outlander.
ResponderEliminarSi su abuela la hubiera conocido (Ellen), estaría orgullosa de su nieta. Falta descubrir como llego el retrato de la abuela al museo, (según se dice en el libro).
Animo Diana sigue así.