Traducción: Rosana Ardanaz Arranz
¿Qué podría decir sobre Karen Henry? Mucho. Ella es una de las primeras personas que conocí cuando me adentré en el fandom de OUTLANDER. Ella es, simplemente, la Biblia de Forastera. No hay cosa que ella no sepa, creo, y si no lo sabe, lo averigua al instante. Y lo comparte con todos nosotros. He pedido permiso para traducir y publicar aquí su reciente entrevista a Diana Gabaldon. Esperamos que la disfruten tanto como nosotros.
«Para celebrar el décimo aniversario de Outlandish Observations, tengo el placer de mostrarles la primera entrevista que he tenido con Diana Gabaldon.
Francamente, la idea de entrevistarla era al principio bastante estresante para mí, a pesar de que mantengo contacto con ella online desde 2007 y de que nos comunicamos casi a diario en TheLitforum.com (anteriormente llamado Comunidad de escritores y de libros Compuserve). Nunca había hecho antes una entrevista a nadie, y me costó decidir qué preguntas hacerle. Intenté en lo posible elegir preguntas que fueran en cierto modos diferentes de las que la gente le hace normalmente. Estoy ENCANTADA con sus respuestas, y espero que vosotros las disfrutéis tanto como yo.
(La foto de arriba es de mi primer encuentro con Diana, en una sesión de firma de libros en Maryland en 2009).
Has publicado una serie de relatos cortos y obras menores durante los últimos años. ¿Qué ventajas ves en el formato más pequeño, en concreto para ti como escritora?
Son más cortos, por tanto, puedo terminar uno en mucho menos tiempo que los cuatro o cinco años que necesito para escribir uno de los Libros Grandes. Básicamente, es un poco como unas vacaciones para la mente tratar con algo que es muy interesante, pero a una escala menor, y al terminarlo obtienes una gratificación muy rápida. Los relatos cortos me ofrecen la oportunidad de explorar los caminos por los que se desarrollan los personajes menores y líneas argumentales interesantes que quedan fuera del alcance temporal o logístico de los Libros Grandes.
¿Todavía escribes “a trozos” cuando trabajas en un relato o historia corta o es más bien un proceso que se desarrolla en línea recta?
Siempre escribo fragmentos desconectados, no importa lo que esté escribiendo; así es como funciona mi mente (hace poco una entrevistadora se quedó callada un buen rato después de haberle contestado a una de sus preguntas –obviamente estaba repasando su lista- y entonces me dijo: “tenía muchas más preguntas, pero parece que me las has contestado ya todas al contestarme a la pregunta que te hice”. Me disculpé, y le expliqué que había heredado de mi padre esa manera que tengo de enrollarme tanto al contar una historia. Mi padre empezaba a hablar, casi siempre cuando estábamos cenando, de alguien de su pasado, y te contaba una historia de esa persona, pero cada segundo párrafo más o menos, algo que había dicho le hacía irse por las ramas explicando el contexto social, o su opinión personal, o la historia asociada, o fechas y lugares, y luego, sin perder el hilo, volvía al lugar en la historia en el que había dejado su discurso, hasta que, un minuto después, volvía a salirse de la línea argumental principal). Como siempre le digo a la gente, “hay una razón por la que escribo libros largos: es porque me gusta irme por las ramas”.
En los últimos años has usado de forma muy eficaz Twitter y Facebook, y muchos fans se han hecho adictos a tus #DailyLines. ¿Cómo ha afectado la aparición de las redes sociales tu forma de interactuar con tus lectores y con tus fans? Con la vida tan ocupada que tienes, ¿de dónde sacas el tiempo?
Bueno, las redes sociales digamos que han crecido a mi alrededor. En 1985 me introduje en el mundo “online” por primera vez (este concepto no existía todavía en la conciencia popular) cuando me hicieron el encargo de escribir una crítica de software para BYTE Magazine, y junto con el software me enviaron un disco para hacerme miembro como prueba de CompuServe (además de los servicios gubernamentales como DARPA, “online” a mediados de los 80 consistía básicamente en tres “servicios de información”: Delphi, Genie y CompuServe), así que podía utilizar los foros de apoyo que los vendedores de software habían instalado allí, y mencionarlo en mi crítica.
Después de escribir mis valoraciones, me quedaban unas cuantas horas para conectarme gratis (en una época en la que te cobraban 30$ por hora por usar CompuServe, a 300 baudios), así que empecé a mirar por ahí qué más había. Y me encontré con el Fórum Literario CompuServe.
No se trataba de un grupo de escritores, como a veces la gente asume. Era un grupo de gente a la que le gustaban los libros. Por supuesto, había en él unos pocos escritores, tanto ya establecidos como aspirantes, pero el interés particular eran simplemente los libros; leerlos, su impacto, pensar como respuesta a la lectura…y también era también un terreno en el que podían surgir conversaciones fascinantes. Hubo una verdaderamente especial que llegó a ser conocida como “La gran trama del consolador” que se prolongó durante meses…
En cualquier caso, era aquí donde las redes sociales (que todavía no existían como concepto, aunque sí de hecho) y yo nos conocimos. El paso siguiente fue mi página web, creada en 1994 (creo que fui el primer autor que creó una página web para sus lectores), y le agradezco eternamente a Rosana Madrid Gatti, quien hizo generosamente todo el duro trabajo de confeccionarla y gestionarla; yo le enviaba material y ella lo colgaba por mí (esto fue muchísimo antes de que WordPress y otros softwares de blogs hicieran posible que cualquiera pudiera comunicarse directamente con el mundo online).
Accedí a crear una página web sobre todo como respuesta al entusiasmo de los lectores; recibía MUCHÍSIMA correspondencia (cartas de las de antes) sobre los libros, de personas que me alababan, me hacían preguntas, se enojaban con algunas cosas…pero todas querían saber más: por qué Claire hizo esto o aquello, dónde aprendí medicina botánica, si era verdad que antes la gente hacía tal o cual…y sobre todo cuándo iba a salir el siguiente libro.
Así que la web fue una manera de poder contestar las preguntas de los lectores, tanto los que habían hecho dichas preguntas como los que no las habían hecho, pero les interesaban las respuestas. El beneficio de solo tener que teclear una vez la respuesta (mucha gente naturalmente hace las mismas preguntas) era obvio, así como el de ser capaz de informar de fechas, firmas de libros, etc.
Así que, sabiendo las ventajas de este medio, cuando otros parecidos surgieron –por ejemplo, AOL- los usaba, al menos brevemente, y veía si podían serme útiles. Algunos lo eran, otros no. Nunca me gustó MySpace, y de hecho me costó empezar con Facebook (sigo utilizándolo poco; nunca voy en Facebook a otro sitio que no sea mi propia página, y es lo que se llama una página de “celebridad”, que quiere decir que no contesto a peticiones de convertirme en amiga de nadie. Tampoco, me temo, puedo leer los mensajes privados que la gente, amablemente, me deja allí; en este momento la página tiene más de 700.000 miembros (o como se llamen los visitantes regulares) y si solo un 1% me mandara mensajes….son 7.000 mensajes. No hay forma de que pueda siquiera leer tantos, ya de contestarlos ni hablo.
Twitter también resultó ser muy útil; proporciona un acceso instantáneo a mucha gente, y lo que es todavía más valioso, te permite una respuesta de largo alcance. Si cuelgas algo interesante, muchísimas personas más lo verán, muchas más que solo las que te siguen. Y es muy bueno para hacer anuncios con poca antelación o hacer preguntas urgentes, porque en algún lugar del mundo la persona que puede responderte a ellas está despierta y leyendo Twitter.
¿Cuál es la parte más difícil, o frustrante, o complicada, de tu papel como consultora de la serie de Tv? (entiendo que hay cosas de las que no puedes hablar, pero puedes hacer un comentario general, ¿no?)
Bueno, la frustración es de dos tipos: 1) cuando un guionista ha hecho algo que yo creo que no es consistente con el carácter de un personaje, no puedo hacer que lo cambien (me refiero no solo al guionista, sino al equipo de producción en general) y 2) cuando han filmado algo absolutamente maravilloso, en términos de actuación, realismo, emoción, etc….y luego lo cortan y no aparece en el episodio.
¿Y qué es lo más divertido?
Lo divertido es que ves que de muchísimos componentes llega a surgir algo verdaderamente maravilloso, día a día. Es como ver como crece un bosque en imágenes congeladas que aceleran el resultado final.
¿Estarías interesada en escribir otro guion para la serie cuando acabes el próximo libro?
Sí, me gustaría. Ha sido una experiencia muy interesante, aunque a veces frustrante. Escribir un guion es un proceso muy colaborativo, en el que el guionista al final no tiene el control completo sobre el producto final, que puede haber sido reescrito varias veces por diferentes personas. Es una experiencia muy distinta a ser un dios solitario, como somos los novelistas. Pero es una experiencia fascinante, tanto en el proceso de consultas y de escritura (y revisiones y más revisiones) como en el resultado final, que no es sino el rodaje. El rodaje es largo, tedioso, un trabajo duro, pero muy entretenido.
A medida en que la serie se acerca a su cuarta temporada, empezamos a ver a muchos más lectores que han descubierto tus libros como resultado de la serie. Aparte del efecto en las ventas (que debe ser considerable), me interesa saber lo que piensas de ello. ¿Te parece que la gente que vio primero la serie tiende a tener unas expectativas diferentes, o unas reacciones diferentes a los libros?
La gente que ha leído los libros primero tiene desde luego reacciones diferentes hacia la serie, pero no creo que al revés ocurra lo mismo. No he escuchado a muchas personas que hayan visto la serie primero expresar ningún shock o desaprobación a la forma en que suceden las cosas en los libros; esperan ver una versión extendida de la historia, con mucho más detalle y más líneas argumentales, y eso es lo que terminan viendo.
Muchos fans de Outlander, incluyéndome a mí misma, han releído tus libros muchas veces. ¿Tienes algún autor favorito cuyos libros releas a menudo, y si lo tienes, qué es lo que tienen esos libros que hacen que aguanten tan bien lecturas sucesivas?
Sí, muchos. Ahora mismo estoy releyendo las novelas de Lord Peter Wimsey de Dorothy L. Sayers, quizá por vigésima vez. Sigo disfrutándolos, pero para ser honesta, las estoy releyendo ahora porque las puedo dejar de leer fácilmente cuando tengo que ponerme a escribir.
Otro autor sería James Lee Burke, aunque no he releído sus novelas de Dave Robicheaux tan a menudo como las de Sayers.
Y luego están las novelas de Aubrey/Maturin de Patrick O’Brian. Me he leído la saga quizá tres veces, pero en audio la he escuchado unas veinte, como mínimo. El lector, Patrick Tull, es fantástico, y la historia siempre me mantiene interesada mientras paseo a los perros o estoy jardineando.
Como estos que he mencionado, todos los libros que para mí merecen ser releídos tratan de individuos únicos e interesantes. Me gusta pasar tiempo con estas personas (y a un nivel menor, disfruto viendo como el autor hace lo que hace; sabiendo tanto como sé ahora sobre el arte de escribir, es difícil evitar fijarse en las técnicas que usan. Un libro que me tenga tan absorta que no note siquiera cómo está escrito es sin duda uno que puedo releer).
No soy una escritora de ficción, pero me encanta cuando Diana explica las diferentes técnicas para escribir. Así que pensé que sería interesante explorar esta en particular. Me quedé impactada, y muy agradecida, de que Diana me contestara con tanto detalle.
ALERTA, SPOILERS
SI NO HAS LEÍDO "ESCRITO CON LA SANGRE DE MI CORAZÓN" (LIBRO 8 DE LA SAGA), PUEDES ENCONTRAR SPOILERS.
Hace poco estaba escuchando en audio la parte de “Escrito con la sangre de mi corazón” que trata de la Batalla de Monmouth. Debe ser todo un reto escribir una serie de escenas tan complejas como esas, con tantas partes que se mueven y personajes distintos involucrados. ¿Existen técnicas especiales que utilices para escribir escenas de batalla en particular, o para dar una impresión de inmediatez, o para incrementar la tensión dramática?
Gestionar una situación compleja en ficción se reduce esencialmente al Punto de Vista. Tienes que saber dentro de la cabeza de quién estás, y quedarte ahí sin moverte hasta que cambies a otro personaje y otro punto de vista.
Quién es el personaje que determina el punto de vista nos va a decir qué tipo de detalles tendremos a nuestro alcance, y determina la forma y el flujo que van a tomar esos fragmentos del texto que pertenecen a ese personaje específico.
Por ejemplo (como mencionas sobre la Batalla de Monmouth en Escrito…), lo primero que tomé en consideración fue de quién tenían que ser los puntos de vista que quería utilizar. Había leído varios recuentos de la batalla, incluyendo una descripción detallada, paso a paso, que me proporcionó uno de los libros de Osprey, Men-at-War, así que conocía el carácter general de la misma: fue un enorme acontecimiento militar, que involucró a más de 10.000 hombres en cada bando, a múltiples comandantes militares y un terreno escabroso y ondulado que no se ajustaba para nada a las formaciones y posicionamientos militares normales del siglo XVIII.
(Nadie eligió el terreno en el que se iba a combatir; esa franja concreta de terreno agrícola fue justo donde las tropas del General Washington alcanzaron a las del General Clinton, que se retiraban de Filadelfia con un gran número de fieles al régimen (y sus propiedades) bajo la protección del ejército).
Fue además una batalla muy larga, que duró desde un poquito antes de que amaneciera hasta bien entrada la noche, en uno de los días más calurosos que se conocieron (se estimaron las temperaturas posteriormente en unos 38 grados en los momentos centrales del día). Y fue una batalla cuyo resultado no fue concluyente: no ganó ninguna de las dos partes. Los británicos se retiraron con sus seguidores y trenes que acarreaban su equipaje en dirección a Nueva York (que es lo que habían estado haciendo cuando los americanos les atacaron), y los americanos se retiraron a duras penas de vuelta a sus campamentos para recuperarse, atender a los heridos y enterrar a sus muertos. Sin embargo, el significado de la batalla, siendo sutil, fue muy importante: los americanos no perdieron. Esto desconcertó enormemente a los británicos y animó a los americanos de igual manera, permitiendo que el General Washington prosiguiera su campaña.
En fin, el caso es que tenía entre manos un lío muy complejo que había que describir. Obviamente, no había nadie que estuviera en condiciones de ver lo suficiente de la batalla como para tener una idea de cómo se iba desenvolviendo, mucho menos de qué estrategia se estaba utilizando. Por eso sabía desde el principio que iba a necesitar más de un personaje y su punto de vista, y que luego podría cambiar de uno a otro según lo fuera necesitando para que nos contaran lo que les estaba pasando a ellos, y así el lector tendría tanto la información necesaria sobre lo que estaba sucediendo en general como la sensación de caos y lucha que marcó ese día.
Ejemplo número 1: Jamie en el huerto
Claramente, Jamie Fraser tendría que ser uno de esos personajes; es una figura central de la historia, y es un soldado muy bien entrenado y altamente experimentado. Por eso me inventé una manera de que estuviera al mando de una compañía de milicia de buen tamaño (aunque informal) durante la batalla. Las compañías de milicia eran normalmente grupos bastante pequeños de 30 a 40 hombres, que se enlistaban para períodos cortos y volvían a sus granjas o a sus quehaceres cuando se terminaban, y muchas compañías de milicia se unieron al ejército americano justo antes de esta batalla; no todos estaban documentados, por lo que es perfectamente posible que el temporalmente nombrado General Fraser estuviera al mando de varios de ellos.
Así, Jamie sería testigo natural del combate, tanto personalmente como en función de su mando. Estaría en comunicación con otros comandantes, y sabría de la estrategia propuesta, así como de los objetivos variables específicos a medida en que la batalla iba avanzando. Y estaría interactuando con los soldados bajo su mando y respondiendo a emergencias (fijaos, en todos estos ejemplos, en el tipo de detalles de los que cada personaje es consciente y cómo responden a ellos).
Ejemplo número 2: Claire atendiendo a los heridos en Tennent Church
Y luego, por supuesto, quería tener a Claire. Tanto porque nunca más dejaría solo a Jamie cuando estaba en combate como porque, como cirujana, tendría una visión completamente diferente de la contienda. Se encargaría de los heridos que venían del frente, en una serie de emergencias y procedimientos médicos, pero tendría también una idea de lo que iba pasando en la batalla en general gracias a lo que los heridos le iban contando mientras les trataba.
Pero no podemos abandonar la otra cara del conflicto. ¿Qué está pasando en el lado británico? Bueno, ahí tenemos una serie de posibles personajes con su punto de vista: William, Lord John y Hal. Utilicé tanto a William como a Lord John (el hilo de Lord John ha ido atravesando todo el libro y el puñetazo que le dio Jamie en el ojo está empezando a afectar lo que le está pasando a lo largo de la batalla y sus postrimerías). Pero mientras Jamie y Claire tienen un papel bastante ortodoxo en la batalla –un general al mando/soldado sobre el terreno y un médico de combate en un punto de atención médica inmóvil en un lugar situado en los márgenes del conflicto- William y Lord John, no.
William ha sido relevado de sus funciones y Lord John está sobre todo intentando mantenerse vivo el tiempo suficiente como para alcanzar las líneas británicas. Ambos, en términos de cómo se cuenta la historia, pueden hacer lo que yo quiera en cualquier situación según lo que me venga bien. No están obligados a obedecer órdenes o a luchar; ellos nos van a aproporcionar una secuencia de imágenes de la parte británica del conflicto y de varios de sus personajes.
Y finalmente, está Ian Murray, el sobrino de Jamie. Es un explorador para los americanos, así que no está luchando en el campo de batalla pero –como William y Lord John- puede aparecer en cualquier lugar durante la contienda. Y como William y Lord John, está luchando una batalla personal (mientras que Jamie y Claire luchan en el tipo de batalla más normal que requiere de tropas y movimientos militares).
Así que Jamie y Claire nos proporcionan una visión de las cosas más o menos estructuradas, mientras que William, John e Ian nos dan destellos más pequeños pero vívidos, que completan la imagen general de la situación y la sensación de caos que la acompaña. O al menos esperamos que lo hayan logrado…
Y para cerrar esta explicación, tened en cuenta que cada personaje involucrado en esta batalla tiene su propia secuencia personal que atravesar: como accede a ella, lo que le ocurre, las decisiones que toma y las acciones que realiza. Y finalmente, cómo sale del final de la batalla y en qué ésta le ha cambiado.
Muchísimas gracias a Diana Gabaldon por dedicarme el tiempo para esta entrevista tan interesante. Le estoy muy agradecida.»